https://www.youtube.com/watch?v=jIbBFxzC7F4&feature=youtu.be
Programa publicado el 16 de Septiembre de 2014.
Por los años mil novecientos cincuenta y por las calles de La Habana, con su embrujo seductor, vieron pasearse a este personaje dantesco, de mediana estatura, cabellos largos, castaño oscuros, barba desaliñada, de porte gallardo, siempre vestido de negro con su capa larga que ondeaba al viento a su andar. Siempre cargaba su cartapacio donde guardaba sus tesoros imaginarios y tarjetas, coloreadas por él mismo, que obsequiaba a los transeúntes. La Quinta Avenida, el Parque Central, la Plaza de Armas, eran lugares donde solía pasarse horas recitando versos o contando historias principescas a quienes las quisiera oír. Este caminante alucinado, no pedía limosnas, sino que aceptaba ayuda de personas conocidas de él. Nunca fue violento ni grosero, al contrario, era un hombre muy gentil y bondadoso.